El negocio del compost, base del futuro de la alimentación
Cada año, se desperdicia un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano en todo el mundo. Los desechos orgánicos depositados en los basureros generan 4,4 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, lo que contribuye directamente al cambio climático.
De hecho, muchas personas piensan que tirar los restos de comida a la basura no tendrá ningún efecto a futuro, al fin y al cabo, es biodegradable y volverá a la tierra. No es así exactamente. La basura que va al vertedero nunca toca el suelo y puede generar resultados negativos.
A medida que se descomponen estos elementos orgánicos emiten metano y otros gases de efecto invernadero que deben gestionarse con precisión, durante un largo período, lo que requiere recursos y atención continuos. Algunas ciudades en el mundo capturan la mayor parte de este gas y lo usan como energía, pero el relleno sanitario seguirá activo durante décadas y, finalmente, los gases se quemarán, liberando algunos contaminantes ambientales.
A medida que pasan los años, se ha hecho necesario que el reciclaje no se concentre en los elementos que conocemos actualmente. Investigaciones realizadas por expertos y universidades han hallado que el compostaje se ha convertido en una herramienta para ayudar al medioambiente y devolverle al suelo un poco de la vida que le quitamos.
En pocas palabras, agregar compostaje al suelo ayuda a mejorar el equilibrio de sus componentes y reemplaza lo que se pierde a través de las actividades agrícolas. Sin embargo, la agricultura no es el único impacto que existe. El pastoreo excesivo, la deforestación, la industria, el desarrollo y la construcción también pasan factura, al igual que los eventos naturales.
Aunque parezca raro, hay muchas personas que ven en la basura millones de pesos por explotar. Claro está, ya están los que reciclan materiales plásticos, vidrio y aluminio, quienes actualmente lo están haciendo bien y han tenido una buena retribución. No obstante, los elementos orgánicos también pueden dar esos beneficios al transformarlos en abono.
La Superintendencia de Servicios Públicos y Domiciliarios (Superservicios) estima que entre el 60 % y 70 % de los residuos sólidos del país se pueden aprovechar de esta manera. Además, esta práctica es útil para los hogares, pues se estima que 40 % de la basura diaria que se genera es materia orgánica.
No obstante, se debe tener cuidado con cuáles elementos son los que sirven para realizar un buen compostaje. Según la Unidad de Gestión Ambiental de la Universidad El Bosque, los residuos orgánicos, como verduras, hortalizas, granos, carnes y otras fuentes animales, se descomponen fácilmente y deben ser aprovechados en procesos de compostaje.
Si bien los residuos de fuente animal son susceptibles de convertirse en abono, se recomienda que estos sean exclusivamente vegetales, debido a que los desechos de origen animal pueden atraer plagas. Por la misma razón, hay que ser moderado con las cantidades de los restos de cítricos y de comida cocida que se introducen en la compostera.
En Colombia, muchos emprendedores han comenzado a hacer empresa con el negocio del compostaje, trayendo desarrollo a las regiones donde se han instalado, como sucede en el Espinal (Tolima) con la planta AgroChamp, que produce champiñones, con el tamo del arroz.
Según el informe de Compost Market Report: Trends, Forecast and Competitive Analysis, para el año de 2024 se estiman ventas por más de U$ 9,2 mil millones, de compostaje, a nivel mundial.
En ese orden de ideas, el compostaje además de beneficiar al medioambiente, estaría beneficiando a un nuevo negocio y a su bolsillo.