Covid-19: oportunidades de Educación Superior en un mundo cambiante
COLUMNISTA INVITADO
Fidel Mauricio Ramírez Aristizábal, PhD. y director de posgrados en Educación, Universidad El Bosque.
UN CAMBIO INESPERADO. Desde marzo nos vimos abocados a cambiar nuestra cotidianidad por un distanciamiento físico, modificando nuestras rutinas diarias, incluida la académica. Hecho que nos ha permitido reflexionar sobre el valor de aquellas cosas que antes pasaban desapercibidas en un mundo que se movía en una carrera vertiginosa.
NUEVOS APRENDIZAJES. Estos cambios han sido una excelente oportunidad para nuevos aprendizajes, hemos aprendido que no es necesario viajar cientos de kilómetros para llevar a cabo reuniones o congresos, que podemos ser eficientes y productivos desde casa, que los obstáculos desafían nuestra creatividad y que las ganas de estar juntos superan cualquier distanciamiento físico. Hemos aprendido a estar de otras maneras.
Como universidad, entre muchas otras cosas, hemos aprendido acerca de las posibilidades de flexibilización que nos ofrece la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la consolidación de ambientes de formación sincrónica y asincrónica, lo que nos posibilita repensar el modelo tradicional de la educación presencial. Proceso en el que no estamos solos, sino que hace parte de las apuestas planteadas por los rectores de las universidades líderes en América Latina.
OPORTUNIDADES EN UN MUNDO CAMBIANTE. Y es que los cambios que debimos asumir para afrontar la pandemia de la Covid-19 se han convertido en oportunidades para la Educación Superior.
Tal es el caso de la adopción de tecnologías digitales, que, si bien ya muchas universidades lo estaban haciendo, el distanciamiento físico aceleró este proceso, y aunque no ha sido fácil para muchos, es claro que esto representa una oportunidad para hacer la inmersión digital de profesores y estudiantes que en otras circunstancias nos habríamos demorado más para poder hacer.
Lo anterior, da origen a otra oportunidad. Se trata de un modelo de educación remota, que podría continuar aún después de la pandemia, perfeccionándola. Pues este modelo se ha convertido en la alternativa para muchos estudiantes, especialmente de posgrado, que por sus compromisos profesionales se les complicaba el desplazamiento periódico hasta aulas de clase de los campus universitarios. Son estos estudiantes que continuamente expresan lo valioso de poder acceder a clase, participar activamente de ellas, estén donde estén, simplemente teniendo un ordenador o celular con conexión a Internet.
Tanto la adopción de tecnologías digitales como el modelo de educación remota son oportunidades que aún después de la COVID-19 debemos seguir aprovechando, pues si bien esta pandemia pasará, la educación no volverá a ser la misma.
