Retos e importancia del papel de los docentes en la educación actualmente

Retos e importancia del papel de los docentes en la educación actualmente

Por Wilder Escobar

Posgrados en Educación-Facultad de Educación

Universidad El Bosque.

 

 

En respuesta a la urgencia sanitaria que atraviesa, no solo el país sino la humanidad en general, las instituciones de Educación Superior han venido trabajando incansablemente para poder continuar ofreciendo una experiencia académica de la más alta calidad de manera remota. Esto con el doble propósito de cuidar el bienestar de su comunidad y de dar continuidad a los procesos de enseñanza y aprendizaje.

 

Con el fin de que los niveles de calidad se mantengan, se han puesto en marcha iniciativas de formación y fortalecimiento pedagógico para la instrucción en ambientes de aprendizaje virtuales como talleres, diplomados y espacios para la construcción colectiva y colaborativa de diseños instruccionales que promuevan la interacción, participación y colaboración conducentes a la apropiación y producción de conocimientos. Además, las instituciones de Educación Superior han venido acelerando su proceso de adquisición de recursos como software especializado y recursos digitales para el uso pedagógico y así, darle continuidad a su oferta académica medida por tecnologías que permiten alcanzar los objeticos de aprendizaje propuestos de manera eficaz.

 

En esta crisis, el docente asume una multiplicidad de roles. En primer lugar, al docente le atañan las tareas de diseño, articulación e implementación de contenidos en ambientes de aprendizaje virtual lo que le exige constante actualización sobre los recursos digitales que están a la vanguardia y su potencial pedagógico para su implementación en clase.  Además, el docente se ve en el rol de verificar que sus estudiantes cuenten con los recursos tecnológicos y de conexión para acceder a los contenidos del programa. En los casos en los que estudiantes carecen de dichos recursos, el docente y la institución educativa se ven en la necesidad de plantear estrategias alternativas que permitan el acceso a contenidos y que faciliten el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje. Para finalizar, el docente también es padre, madre, hija, hijo, hermana, hermano, amigo, amiga quien a su vez está viviendo la realidad de incertidumbre que aqueja la actualidad. Es un ser humano que lleva consigo una historia social, emocional y familiar y quien sabe que, en estos momentos, sus estudiantes también viven realidades adversas que permean los procesos de aprendizaje.

 

Estas condiciones nos enfrentan a grandes retos. Sin lugar a dudas las universidades tienen una población diversa la cual ha venido experimentando condiciones de desigualdad en cuanto a aspectos como el acceso a los recursos tecnológicos y conexión a internet que actualmente median la educación. Más allá de los recursos, la educación virtual requiere de hábitos de estudio específicos—disciplina, autonomía, autorregulación, flexibilidad y adaptabilidad—los cuales no siempre se ven desarrollados en los estudiantes. De manera similar, la educación virtual demanda competencias pedagógicas específicas para la creación e implementación de ambientes de aprendizaje virtuales eficaces como la creatividad, autogestión, mediación y diseño de ambientes comunicativos para la virtualidad.

 

Para abordar y mitigar estos retos, es importante entender que todos jugamos un papel central en el ejercicio pedagógico y que, como tal, debemos actuar como equipo en la construcción de ambientes de aprendizaje virtuales provechosos. A nivel gubernamental, esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad que el país tiene en cuanto a cobertura tecnológica y de redes de comunicación. A nivel institucional, es importante mantener los esfuerzos para seguir ofreciendo formación continua a docentes para el fortalecimiento pedagógico en ambientes virtuales y los recursos tecnológicos necesarios. Teniendo en cuenta que muchas de las competencias para la enseñanza y el aprendizaje mediados por la virtualidad se desarrollan a largo plazo, se abre la oportunidad para reevaluar si elementos pedagógicos para la virtualidad deberían ser introducidos progresivamente desde los niveles de educación inicial.

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